El café también tiene sus fiestas

Colombia es un país que vive de parranda. Pese a un conflicto armado a cuestas, su gente no pierde la esperanza y las ganas de seguir adelante. Aquí todo es un motivo para festejar hasta la madrugada. En cada rincón de la geografía nacional y durante todo el año se celebra una fiesta y un reinado. Creo que todos los productos y actividades de esta fértil tierra tienen una mujer que los representa: el banano, el chontaduro, la panela, la esmeralda, el turismo, el bambuco, la cumbia, el arroz, el dividivi, el joropo, el coco ...y si los nombrara todos pues no me alcanzaría el espacio. Con decirles que hay un festival del burro! y por supuesto de nuestro famoso CAFÉ.

Revisando los archivos del municipio me encontré con esto:

"La fiesta popular del Café, surge en Junio de 1960, por Decreto No.039 cuando Calarcá trataba de sacudirse del pavor de la violencia, y el Alcalde Militar de ese entonces el Teniente Nelson Mejía Henao convocaba a todas las fuerzas vivas de la región para sacar adelante ciertos eventos que fueran base de una etapa de progreso y paz"

Y entonces confirmo que tras la banalidad de los reinados se esconde el propósito de unir los pueblos, divertir, sacar a la gente de su soporifera rutina.

Los niños más que nadie disfrutan de los desfiles, del colorido de los trajes y las comparsas. La música folklorica inunda las calles y contagia a todos de alegria. No se puede sentir más el espíritu colombiano que durante una fiesta. Hace dos años que no vivía este jolgorio, y se suponía que tampoco este, pero cosas pasan y los planes cambian, 1+1 no siempre es 2 y estoy hoy contandoles sobre el Reinado y las fiestas del café en Calarcá Quindio.

Durante una semana el café fue el rey de este pueblito, enclavado en la cordillera central, las calles se llenaron de gente con poncho y sombrero (al estilo arriero) y se bailó hasta que dolieron los pies. Me di cuenta que nuestras raices siguen más vivas que nunca y que por algo somos uno de los paises más felices del mundo, por más paradójico que suene.

¡Que viva Colombia!