Experimento:
Pongo una tanda de salsa en el café internet, esa endemoniada que se cuela por debajo de la ropa, que agita el corazón y nos doblega a su santa voluntad.
Resultados:
Se agitan los brazos y los hombros. Las caderas se contonean, se canta, se desborda ritmo por los poros. Y no soy sólo yo. Algun cliente se para en medio de mi asombro y baila, cierra los ojos, poseido por la salsa...
Yo quiero que tu muevas esas caderas como si fueras una fiera...Gozalo con la 33...
1 comentario:
Creo que yo sería uno de los que no logra contenerse y bailaría!!!!!!!
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