José Luis fue nuestro tercer ángel del día. Paró para llevarnos en su super furgón último modelo, hasta la Ciudad Blanca. No teniamos hospedaje en Popayán, pero después de una llamada telefónica, nuestro embajador y amigo de CS Bogotá Luis, nos consiguió Couch con Camilo.
El trayecto fue tranquilo y soleado, la banda sonora estuvo a cargo del reggaeton de Tropicana. Paramos a comer papitas con jugo (por cuenta de Jose) y compartimos historias. Él al igual que nosotros también viajó echando dedo con sus amigos de Cali ...
Todos estamos conectados, hacemos parte de una gran telaraña que no paramos de tejer, y de esta forma surfeamos el couch más bonito que alguien se pueda imaginar: una casa de ensueño, rodeada de guaduales y con mucha mucha luz.
Camilo fue a recogernos, dejamos nuestras mochilas y fuimos en busca de los famosos tamales de Pipian. Fuimos afortunados en encontrar tan buen guía y conocedor de una de las ciudades más bonitas de mi país. Los tamales son absolutamente deliciosos y ¡¿qué decir del ají de maní?!.
Nuevamente la lluvia se hizo presente y recorrimos el centro de la ciudad bajo gruesas gotas de agua sobre nuestras cabezas. La arquitectura colonial hace de la ciudad un espectáculo visual, las luces de los faroles dan a las calles ese aura de antaño. Disfruté muchísimo de la caminata y el tour gastronómico que incluyó: tamales de Pipian, Empanadas de Pipian, Papitas Los Comuneros Y Ají de maní. Mi primer host de Cs fue excelente, y el couch era el quivalente a un hotel cinco estrellas. Me fuí de la ciudad pensando en regresar pronto. Hoy fue un día hermoso: signado por la sorpresa y la casualidad...
Este recorrido fue posible gracias a Carulla, que contrató los servicios de José. Ja, ja, ja
1 comentario:
Después de haber seguido tus pasos y surfeado el mismo couch.. no puedo estar más de acuerdo! Popayán, Camilo, su familia y su casa son lo máximo :D
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